Epicondilitis
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Epicondilitis del codo de tenista
La epicondilitis es un síndrome doloroso localizado en el epicóndilo lateral (es decir, en la parte exterior del codo), a menudo secundario a una serie de microtraumatismos repetidos que se produjeron a nivel de los tendones de los músculos extensores de la muñeca y de la mano, en su inserción proximal. en el epicóndilo, con la consiguiente degeneración del tendón: por eso se incluye en las tendinopatías de inserción. En el desarrollo de la epicondilitis lateral intervienen hipersolicitaciones musculares excéntricas y repetidas. Incluso la realización de actividades inusuales para el paciente, así como un síndrome de hiperestrés pueden ser factores determinantes en la génesis de esta patología. Esto puede suceder por trabajo o por deporte; por esta razón se le llama comúnmente codo de tenista.
¿Cuales son los sintomas?
El síntoma es un dolor en la región externa del codo que también puede irradiarse a lo largo del antebrazo y despertarse en los movimientos de extensión y supinación. Por lo general, el dolor se puede sentir simplemente con gestos comunes como girar una llave, una bombilla o estrechar la mano. También es típica la sensación de debilidad en el antebrazo y el brazo. El examen clínico de su ortopedista puede llevar a la sospecha diagnóstica de epicondilitis que será confirmada mediante una ecografía que demostrará el grado de inflamación de los tendones.
Abuso y trauma
Muchas personas con codo de tenista realizan actividades ocupacionales o recreativas que requieren un uso repetitivo y vigoroso de la articulación del codo. La epicondilitis lateral es causada por una inflamación causada a menudo por una sobrecarga funcional, que ocurre principalmente cuando los músculos y tendones del codo se ven obligados a realizar un esfuerzo excesivo. Además, también se ha demostrado que los microtraumatismos repetidos o el daño directo al epicóndilo lateral, como una extensión excesiva del antebrazo o un movimiento incorrecto, causan más de la mitad de estas lesiones.
Fisioterapia
Se puede recomendar fisioterapia si el codo de tenista es más grave o persistente. Las técnicas de terapia manual, como masajes y otras manipulaciones, pueden ayudar a aliviar el dolor y la rigidez de la articulación. Además, el fisioterapeuta puede mostrar al paciente ejercicios específicos para mantener el brazo en movimiento y fortalecer los músculos del antebrazo.
Codo de tenista
La epicondilitis (o codo de tenista) es un síndrome doloroso localizado en el epicóndilo lateral (es decir, en la parte exterior del codo), a menudo secundario a una serie de microtraumatismos repetidos que se produjeron a nivel de los tendones de los músculos extensores de la muñeca y de la mano, en su inserción proximal. en el epicóndilo, con la consiguiente degeneración del tendón: por eso se incluye en las tendinopatías de inserción. En el desarrollo de la epicondilitis lateral intervienen tensiones musculares excéntricas y repetidas. Incluso la realización de actividades inusuales para el paciente, así como un síndrome de hiperestrés pueden ser factores determinantes en la génesis de esta patología. Esto puede suceder por trabajo o por deporte; por esta razón se le llama comúnmente codo de tenista. Por otro lado, cuando este molesto dolor se presenta en la parte interna del codo, se denomina epitrocleitis o epicondilitis medial. En este caso, sin embargo, se verán afectados los músculos de los tendones flexores del carpo y de la mano. La epitrocleitis, en cambio, es más propia de los golfistas debido a su gesto atlético que tiende a sobrecargar más los músculos flexores del carpo. Por eso se le llama comúnmente codo de golfista.
¿Cuales son los sintomas?
El síntoma es un dolor en la región externa del codo que también puede irradiarse a lo largo del antebrazo y despertarse en los movimientos de extensión y supinación. Por lo general, el dolor se puede sentir simplemente con gestos comunes como girar una llave, una bombilla o estrechar la mano. También es típica la sensación de debilidad en el antebrazo y el brazo. El examen clínico de su ortopedista puede llevar a la sospecha diagnóstica de epicondilitis que será confirmada mediante una ecografía que demostrará el grado de inflamación de los tendones.
¿Cómo aliviar la epicondilitis?
La cura de la epicondilitis pasa por tratamientos instrumentales que el especialista recomienda según el grado de dolor. Los rayos electromagnéticos de la terapia con láser antiinflamatorio actúan directamente sobre la zona afectada para reducir el dolor y la inflamación, aumentando el drenaje linfático. Los tiempos de curación son muy variables: van desde unos días en los casos más sencillos, hasta unos meses si el cuadro es muy grave.
Remedios naturales
Los remedios naturales para la epicondilitis deben entenderse, por tanto, como una cura inicial (en los casos poco dolorosos, o en una fase temprana, cuando el dolor acaba de aparecer), o como una ayuda al tratamiento clásico que, por razones de integridad, recordamos ser los siguientes:
- Tratamiento médico
- Reposo (entendido como abstención o reducción de la actividad que generó la epicondilitis si ésta fuera clara).
- Solicitud de tutor (más adelante veremos cómo y cuál)
- Cualquier antiinflamatorio
- Hielo (al menos 3 veces al día, con una bolsa de hielo y durante entre 10 y 20 minutos)
- Fisioterapia: entendida como una combinación de terapias físicas (tecarterapia y ondas de choque) y sobre todo ejercicios específicamente elegidos por el fisioterapeuta de una forma específica con una progresión terapéutica gradual.
- Infiltraciones: cortisona, ácido hialurónico o mesoterapia con fármacos o sustancias naturales como el Árnica
- Miofibrólisis dicutánea
- Masaje de fisioterapia profunda.
Si estos remedios no son suficientes o si no quieres seguir los protocolos explicados en las principales publicaciones científicas como PubMed, puedes recurrir a remedios naturales que se dividen en:
- Prácticas comúnmente utilizadas
- Ejercicios
- Herramientas como guardianes
- Terapias alternativas no convencionales
- Consejos dietéticos complementarios.
- Prácticas sencillas de uso común.
- Ciertamente se recomienda abstenerse del trabajo, del deporte o en cualquier caso de la actividad capaz de provocar dolor en el codo. Muchos de estos simples consejos de Descanso nos dicen que no pueden interrumpir esta actividad en absoluto. Siempre hay que sopesar la situación, ya que hay casos en los que jugar al tenis quizás sea un gran placer, pero no una actividad fundamental, y situaciones en las que realmente no se puede interrumpir el trabajo. Si te encuentras en la situación de no poder hacerlo, el consejo es que hagas descansos frecuentes, quizás cada 30 minutos, intentando aumentar el número de sesiones de hielo. Afortunadamente, la aplicación de hielo si se hace correctamente no duele (nunca exceder los 20 minutos), y puede ofrecer una gran ayuda gracias al poder vasoconstrictor del frío.
Ejercicios: Como ya se vio en la guía y sobre todo desde la evidencia científica, el tratamiento del dolor de codo pasa por una serie de ejercicios. Ejercicios de estiramiento: son ejercicios en los que se estiran los músculos manteniendo esta posición ganada de forma lenta y progresiva durante al menos 30 segundos. Conforme vayan pasando los días se procederá a aumentar el tiempo de estiramiento. A continuación se muestran algunos ejemplos de estiramientos para la epicondilitis:
Masaje: Esta práctica es quizás la más antigua y representa al menos en nuestra experiencia el mejor remedio natural para la epicondilitis. Gracias al masaje será posible reducir la contractura, trabajar los puntos gatillo y, de hecho, movilizar los tejidos. Además, gracias al masaje se conseguirá atraer sangre a la zona y favorecer una curación natural del problema. A continuación te mostramos un ejemplo de masaje que podemos realizar, y que recomendamos encarecidamente que lo realice un FISIOTERAPEUTA experto y cualificado.
Herramientas como guardianes
El aparato ortopédico es probablemente el remedio natural para la epicondilitis más importante y útil. Será fundamental elegir un modelo adecuado que, una vez usado correctamente, sea capaz de "descargar" parte de la tensión sobre el epicóndilo. De hecho, el aparato ortopédico servirá para reducir la tensión, ya que la bola contenida en el aparato ortopédico, si se aplica a una distancia de unos 2 dedos del punto doloroso, podrá reducir la tensión en aproximadamente un 20%.
Terapias no convencionales
En esta lista podemos incluir terapias que creemos que son efectivas, pero no son las recomendadas expresamente por la medicina oficial. Por lo tanto, su posible uso debe evaluarse cuidadosamente y, posiblemente, discutirse con el médico y el fisioterapeuta. Cabe recordar que si se decide intentarlo, esta prueba debe realizarse durante un período máximo de 10-15 días, pero si no conduce a resultados tangibles apreciables, no vale la pena continuar, para no toparse con Fenómenos de epicondilitis crónica.
- Cataplasmas de arcilla: la arcilla tiene grandes efectos en el control de la inflamación. De hecho es capaz de absorber el exceso de calor, favorecer la eliminación de la inflamación, reducir el edema y por tanto la hinchazón además de aliviar el dolor.
- Magnetoterapia: existe una tendencia muy popular en medicina respecto al uso de la magnetoterapia continua. No hablamos del que se realiza en un centro de fisioterapia, sino de la práctica de colocar un imán directamente sobre la pieza y dejarla actuar durante todo el día. La práctica del Taqle no tiene bases científicas muy sólidas de respaldo, pero para muchos es una ayuda muy válida en la cura.
- Envolturas con gel de aloe: el aloe es una planta suculenta muy utilizada, y tiene grandes propiedades calmantes. Su bajo coste lo convierte en un remedio natural muy eficaz. Se puede optar tanto por un preparado natural, tomando una planta real, cortando una hoja, podremos utilizar el gel que contiene colocándolo directamente sobre la parte dolorida. En caso contrario, para hacerlo más rápido, puedes utilizar un tubo de Aloe, que no tiene problemas de caducidad inmediata (el modo natural debe consumirse en 1-2 días como máximo).
La información relativa a medicinales, plantas medicinales y suplementos se extrae de libros de fitoterapia y material informativo de las empresas fabricantes y no pretende sustituir el consejo médico. Las aplicaciones comunicadas no tienen en ningún caso carácter prescriptivo ni terapéutico.